Miel y Eline compraron la casa de Irene con un pub y un establo. No hace mucho, esta casa era la parada semanal de un puñado de agricultores de un pueblo en las afueras de Gante. Los jueves por la mañana a las cinco de la mañana se celebraba el mercado semanal de ganado, por lo que todos los miércoles por la tarde las vacas eran descargadas aquí y escoltadas al establo detrás de la casa. Después, la antigua residente Irene sirvió unas cervezas en el café de la calle, como en una veintena de otros llamados cafés de matadero en el que hace treinta años era considerado uno de los barrios más duros de Gante. Hoy este distrito es un barrio popular con sólo algunos vagos recuerdos del pasado.
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