La propuesta siempre se planteó como una intervención mínima sobre el terreno en el entorno de la Ermita del Castillo en el Cerro del Búho de Cabezabellosa (Cáceres), cuya calidad ambiental convierte al paisaje en protagonista de la intervención. Bajo estos planteamientos, se trataba de preservar, consolidar y en definitiva, poner en valor el espacio natural y sus cualidades paisajísticas. Por este motivo, la intervención siempre se manifiesta desde la mínima agresividad y la máxima eficacia, con la idea de potenciar este potente enclave natural cuyos factores determinantes son la amplitud de campo visual y la luz, sin olvidar la variedad y riqueza de las distintas especies, propias del clima Mediterráneo en esta localización. Entre los diferentes biotipos, pueden encontrarse Robles, Castaños, Encinas o Retamas y un abundante número de aves rapaces, como buitres, águilas y halcones, que sobrevuelan a escasos metros de nuestra posición.
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