Una vez una villa neoclásica—parte de una "pared" continua que separaba a la comunidad del río Saigón—Dom-Ino se ha transformado en una estructura abierta, donde la arquitectura, el río y las personas pueden reconectarse. Nacido de una empatía compartida entre el cliente y el arquitecto, el proyecto eliminó gruesos muros y particiones, convirtiendo una casa cerrada y aislada en un espacio poroso y multifuncional donde las actividades diarias se desarrollan en luz, brisa y vegetación.
from ArchDaily México | ArchDaily México https://ift.tt/t6zrnV8
via IFTTT
No hay comentarios:
Publicar un comentario