El proyecto tomó como punto de partida el volumen original de la casa, que forma parte de un conjunto de viviendas adosadas construidas en la década de 1940 en el barrio de Pinheiros. El árbol de guayaba existente dirigió el proyecto hacia la creación de un patio interior, organizando espacialmente la circulación continua entre escaleras y pasillos. La restauración adoptó como premisa la visión estética japonesa "wabi-sabi", un concepto que propone la aceptación de la transitoriedad y la imperfección, preservando así los ladrillos expuestos y el techo original, revelando la belleza del tiempo en el desgaste natural de la materia prima.
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