Hribljane, es una de las pequeñas aldeas que se encuentran entre Rakitna y Cerknica. Una profunda serenidad, sólo molestada por algún encuentro ocasional con un oso, gobierna los bosques. A los clientes les gustaría tener un refugio bien organizado en el terreno, con espacio suficiente para albergar un gran jardín y una docena de ovejas. El arroyo Jazbine, que corre junto a las ruinas del antiguo molino, atraviesa la parcela, utilizada como pista de trineo en invierno.
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