Ilha Comprida ocupa una estrecha franja de arena de aproximadamente 72 km de largo y 3 km de ancho y tiene la peculiaridad de tener el 100% de su territorio incluido en un área protegida del medio ambiente. Por lo tanto, el proyecto para la rehabilitación de su paseo marítimo busca organizar y racionalizar las actividades frente al mar, con objetivos que van más allá de este turismo marítimo y de verano.
Como el municipio tiene el importante papel ambiental de funcionar como un rompeolas, protegiendo la porción continental de las influencias de los vientos y mares, es esencial preservar sus dunas, responsables de recibir los vientos y proteger la porción inmediatamente posterior del efecto de estos agentes costeros.
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