Esta vivienda de fin de semana se implanta en la costa atlántica, en el barrio Costa Esmeralda, a 10 km de Pinamar y a 500m del mar. Se buscó vivir la casa a través del recorrido del bosque de coníferas, mediante distintos patios captadores de luz que articulan los espacios. Se desarrolla en planta baja donde el patio central divide a la vivienda en dos volúmenes, uno de uso publico y otro de uso privado. Un segundo patio permitela conexión con el verde desde los dormitorios sin perder la privacidad, con un cerramiento de madera que genera un ritmo de luces y sombras conformando la fachada principal.
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