El poliestireno expandido (EPS) se descubrió en 1839 en Berlín y se convirtió en un material ampliamente utilizado en los aviones fabricados para la Segunda Guerra Mundial debido a su densidad extremadamente baja. Es esta característica la que lo convierte en un material adecuado para el aislamiento térmico y acústico, a menudo especificado en edificios, pero también muy utilizado en embalajes. Un plástico celular rígido, es el resultado de polimerizar estireno en agua, cuyo producto final son perlas expandibles que tienen un diámetro de hasta 3 milímetros. Sin embargo, lamentablemente, este material tarda más de 500 años en descomponerse y, en el proceso, filtra sustancias químicas nocivas al medio ambiente. El reciclaje es posible, pero es complejo y costoso. Esto significa que la mayor parte de la espuma de poliestireno producida hasta la fecha aún permanece en el planeta, ocupando un espacio valioso en los vertederos o, lo que es peor, se rompe en pequeños pedazos e interfiere con la vida marina. "Decomposition Farm: Stairway" es una instalación temporal que ofrece una posible solución a los problemas medioambientales relacionados con los residuos de la construcción en el ámbito arquitectónico.
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