El encargo consistió en diseñar un taller para una ceramista, en conjunto a una vivienda para su joven y creciente familia. El proyecto debía relacionar estos programas lo suficiente para que haya control de uno sobre otro, pero que tuvieran la suficiente independencia para separar el lugar de trabajo y de habitar. La materia prima en un taller de cerámica es la arcilla, la cual se quema para darle estructura. Con esta misma operación se fabrican los ladrillos, el material escogido para la construcción de la obra. Este material se deja en permanente evidencia haciendo un cruce entre la estructura y lo que ocurre en ella.
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