Lo especial de la planificación del jardín de infancia de Saarbruecken fue que se trata de un edificio para niños. Parece sencillo, pero esta tarea es siempre un reto, ya que no se puede coordinar con los usuarios reales durante el periodo de planificación y construcción. Por lo tanto, significa ponerse de nuevo en la piel de un niño y adoptar su perspectiva a la hora de diseñar las habitaciones. Esto es muy emocionante, porque los niños, naturalmente, no pierden de vista las normas DIN, los reglamentos administrativos y similares, y nosotros, como arquitectos, estamos obligados a no dejar que estos pensamientos salgan a la luz. Nuestro objetivo era, por tanto, crear un lugar en el que todo el mundo se sintiera bienvenido.
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