El edificio, diseñado por el estudio de arquitectos Cantergiani + Kunze, alberga dos unidades dúplex de 100 metros cuadrados, con techos de doble altura, acabados de hormigón visto y ambientes integrados. La orientación solar influyó en la distribución de espacios, como la posición del salón y la cocina, orientados al sureste en una fachada acristalada. Un juego de brises metálicos, en una reinterpretación del antiguo muxarabis, ofrece cierta protección cuando el sol de verano cae sobre la fachada y sirve de filtro visual en la zona de la cocina.
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